Actualmente, en los mejores Coworking del país entras con un código de acceso o con tu huella dactilar. Te sientas en un puesto de trabajo cambiante que se activó como disponible al autodetectar que no ha sido utilizado durante las dos últimas horas, promoviendo que tus compañeros de hoy no serán los mismos de mañana con la riqueza personal y profesional que ello implica. Ofrecen acceso a cualquier hora y es poco probable encontrarse con las personas de la organización o mantenimiento debido a una  automatización milimétrica.

Este tipo de espacios te darán opciones de conexión a internet de alta velocidad a un mínimo dos operadores de telecomunicaciones, eliminando de raíz las posibles caídas de línea de un operador concreto. Una limpieza extrema que se realiza de madrugada y que mantiene las instalaciones totalmente equipadas y en perfecto orden de revista. Todo ello dirigido a facilitar que te centres en lo único importante para ti, tu trabajo.

Respecto a si son o no necesarios este tipo de espacios, la respuesta es Sí, por el simple principio de que todo aquello que no avanza retrocede. Se están acabando las opciones de Coworking montados en espacios sobrantes de un local, poco atractivos, con cables desordenados por el suelo, mesas repletas, faltos de luz natural y gestionados por personas que se dedican a otra actividad y que ven en este planteamiento de espacios compartidos una forma de compartir los gastos de su propio local y actividad.

Hoy en día los Coworking, sin llegar al ejemplo del principio, se diseñan y gestionan como un proyecto o una empresa independiente. Cuentan con una estrategia empresarial y comercial plenamente definida que les lleva a identificar perfectamente su público objetivo. Guardan una estética y un diseño muy cuidado, tienen una organización notable y para ubicarse ya no buscan tanto los centros administrativos y comerciales de las ciudades sino que te los puedes encontrar tanto en un polígono industrial como en un barrio dormitorio.

Pero como no es oro todo lo que reluce, me queda por preguntarme si en Vigo estamos preparados para esta nueva forma de Coworking 4.0, porque: las únicas herramientas de trabajo que puedes llevar son tu móvil y tu portátil, no hay cabida para customizar el espacio, ni pantallas de ordenador ni sillas especiales (sí, estoy pensando en tu espalda), tienes que pasar el proceso de “romper el hielo” para hablar con compañeros cada día (mucha riqueza pero poco acogedor, ¿no?).

¿Qué opinas: Blanco / Negro o nos quedamos en un espacio gris intermedio y flexible que realmente se pueda adaptar a lo que necesitas?

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